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ADITIVOS ALIMENTARIOS: ASPECTOS DE REGULACIÓN Y SEGURIDAD DE
LOS COLORANTES UN ENFOQUE DESDE LA LEGISLACIÓN ECUATORIANA
Quintana, et al.
Reciena Vol.3 Núm. 1 (2023): 26-34
ADITIVOS ALIMENTARIOS: ASPECTOS DE REGULACIÓN Y SEGURIDAD DE LOS
COLORANTES UN ENFOQUE DESDE LA LEGISLACIÓN ECUATORIANA
Quintana, et al.
Reciena Vol.3 Núm. 1 (2023): 26-34
y mohos). El problema de las alteraciones microbianas
de los alimentos tiene implicaciones económicas, tanto
para los fabricantes (deterioro de materias primas
y productos elaborados, pérdida de la imagen de
marca, etc.) como para distribuidores y consumidores
(deterioro de productos después de su adquisición
y antes de su consumo). A los métodos físicos, como
el calentamiento, deshidratación, irradiación o
congelación, pueden asociarse métodos químicos que
causen la muerte de los microorganismos o que al
menos eviten su crecimiento.
Entre los conservantes más polémicos destacan
las sales de nitrato y nitrito, ya que en alimentos
sometidos al asado se pueden formar unos compuestos
cancerígenos denominados “nitrosaminas”. Por otro
lado, no se autoriza su uso en la carne picada, ya
que mantienen la apariencia de frescura En muchos
alimentos existen de forma natural sustancias con
actividad antimicrobiana: el ácido benzoico y el ácido
cítrico de ciertas frutas o el ácido láctico liberado
en la fabricación de leches fermentadas. Los ajos,
cebollas y muchas especias también contienen agentes
antimicrobianos, o precursores que se transforman en
ellos al triturarlos. Actualmente se intenta reducir en lo
posible la adición de conservantes, sustituyéndolos por
el empleo de medios físicos, como la esterilización, las
atmósferas controladas en embalajes adecuados, o el
mantenimiento de cadenas de frío entre la producción
y el consumo. Sin embargo, esto no siempre es práctico,
ya que algunos alimentos no pueden calentarse lo
suciente, algunas bacterias son muy resistentes al
calor, no siempre se puede garantizar la continuidad
de la refrigeración, y además ésta no frena del todo
el crecimiento microbiano. Otros procedimientos
físicos de conservación, como la irradiación, tienen
mala reputación por su relación con la industria
nuclear. En algunos casos se puede recurrir al uso de
conservantes ya presentes en los alimentos, pero esto
no siempre es factible. El uso de ajos o de sus extractos
en la elaboración tradicional de embutidos, diculta el
deterioro por la acción de los microorganismos.
Antioxidantes
La oxidación de las grasas es la forma de deterioro de los
alimentos más importante después de las alteraciones
producidas por microorganismos, y representa el factor
limitante de la vida útil de muchos de ellos, desde las
galletas de aperitivo hasta el pescado congelado. Las
industrias alimentarias intentan evitar la oxidación
de los alimentos utilizando diferentes técnicas, que
van desde el envasado hermético al vacío hasta el
uso de sustancias con propiedades antioxidantes. La
mayoría de los productos grasos tienen sus propios
antioxidantes naturales, aunque muchas veces estos se
pierden durante el procesado (renado de los aceites,
por ejemplo), pérdida que debe ser compensada de
forma articial. Las grasas vegetales son en general
más ricas en sustancias antioxidantes que las animales.
También otros ingredientes, como ciertas especias (el
romero, por ejemplo), pueden aportar antioxidantes
a los alimentos elaborados con ellos. Por otra parte,
actualmente se propone que las grasas predominantes
de la dieta sean insaturadas, con el n de prevenir las
enfermedades cardíacas, por ello hace más necesario
el uso de antioxidantes, ya que son estas grasas las
susceptibles de sufrir los fenómenos de oxidación.
Los antioxidantes actúan deteniendo la oxidación de
las grasas. Otras sustancias refuerzan la acción de los
antioxidantes eliminando las trazas de ciertos metales,
como el cobre o el hierro, que facilitan la oxidación.
Los primeros son los antioxidantes propiamente
dichos, mientras que los segundos reciben la
denominación legal de “sinérgicos de antioxidantes”,
o más propiamente, de “agentes complejantes13”.
Los antioxidantes retrasan la alteración oxidativa del
alimento, pero no la evita de una forma denitiva.
Es más, el uso de antioxidantes en cantidades o en
condiciones inadecuadas puede incluso acelerar la
oxidación. Otros aditivos alimentarios (por ejemplo, los
sultos) tienen una cierta acción antioxidante, además
de la acción primaria para la que especícamente se
utilizan. Esta acción lateral se indicará también al tratar
cada uno de ellos. En este grupo se incluyen aquellas
sustancias, también denominadas a veces sinérgicos
de antioxidantes, que tienen acción antioxidante por
un mecanismo especíco, el secuestro de las trazas de
metales presentes en el alimento. Estas trazas (cobre
y hierro fundamentalmente) pueden encontrarse en el
alimento de forma natural o incorporarse a él durante
el procesado, y tienen una gran efectividad como
aceleradores de las reacciones de oxidación. Algunos
de estos aditivos tienen también otras funciones,
como acidicantes o conservantes, mientras que otros
aditivos, cuya principal función es distinta, poseen
cierta actividad antioxidante por este mecanismo, por
ejemplo, los fosfatos, el sorbitol, etc.
Gelicantes, espesantes y estabilizantes
Algunas sustancias, químicamente bastante complejas,
insolubles en agua a concentraciones mayores del
5%, se destinan a la modicación de la textura de
los alimentos. Se obtienen de fuentes vegetales o de
microorganismos. Nutricionalmente no se digieren
y, por esta razón, no aportan nutrientes. Por ello, se
utilizan ampliamente para elaborar alimentos bajos
en calorías. También son muy útiles en los alimentos
precocinados congelados para mantener su estabilidad
y evitar la pérdida de líquido al descongelarlos.
Algunos de estos productos no están bien denidos
químicamente, pero todos tienen en común el
tratarse de cadenas muy largas formadas por la unión
de muchas moléculas de azúcares más o menos
modicados. La industria de estos aditivos se desarrolló
en Europa y América durante la 2ª Guerra Mundial,
tras interrumpirse el suministro de los tradicionales
gelicantes procedentes de Asia. Las limitaciones
legales a su uso se reeren normalmente al conjunto
de sustancias de este tipo que pueden añadirse, sea