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Este ácaro que afecta a los apiarios de la región interandina
depende de la humedad y temperaturas extremas; con
temperaturas de 13-25ºC y humedad de 65-70% (Guerra A.,
& Rosero H., 2013), afectando así la Sierra ecuatoriana con
temperaturas que oscilan entre los 7°C y los 21°C, ya que en
esta región se presentan temperaturas extremas y variadas
en el mismo día, por lo que se pueden manifestar días muy
calientes y noches frías (Salazar M., 2012).
(Gutiérrez D., & Vargas G., 2016), realizaron un diagnóstico
de enfermedades parasitarias en abejas africanizadas Apis
mellífera en el municipio de Marsella, Risaralda, Colombia
donde los inviernos provocan que el día este mojado y
nublado. Al pasar el año la temperatura puede cambiar
de 17 °C a 26 °C (WeatherSpark, 2021); donde obtuvieron
100% de prevalencia en varrosis esto debido a prácticas de
manejo inadecuadas empleadas por los apicultores como:
tener colmenas con material en mal estado, no emplear una
suplementación alimenticia y no realizar el cambio de reinas
y ceras que debe ser cada dos años en climas templados.
Tomando en cuenta los datos registrados en la Sierra
ecuatoriana con una temperatura de 16ºC y humedad de 72%
el nivel de infestación por nosemosis es mayor debido a que
es una enfermedad que afecta a zonas con lluvias y nieblas
persistentes; disminuyendo marcadamente la capacidad de
producción y estabilidad de las colmenas durante el invierno
(INTA, 2020, p. 2). En cambio, para (Calderón et al., 2011) en
su investigación en Costa Rica determinaron una prevalencia
de Nosemosis del 28% porcentaje bajo comparado con nuestro
país ya que Costa Rica tiene una temperatura promedio de
24°C y una humedad del 56%.
(Espinel S., 2017), informa que la no cuarentena de
enjambres afectados y la aplicación sin prescripción
veterinaria de fármacos en las colmenas, predispone
la presencia de loque americana; mientras que para
loque europea no se pudo realizar un análisis de factores
predisponentes pues solo hubo un resultado positivo; en la
Sierra ecuatoriana estas enfermedades están presentes en las
colmenas debido a la mala nutrición y al cambio climático
que se presenta actualmente, las comunidades de abejas
son sensibles a la disponibilidad de alimento (recursos
orales) y sitios de anidación, por lo tanto, ante una mayor
densidad poblacional, la necesidad de recursos en el ambiente
se incrementa, afectando la fortaleza de las colmenas e
incrementando la susceptibilidad de las mismas a contraer
enfermedades (Espinel S., 2017).
Prácticas de manejo sanitario en las colmenas para la
prevención de enfermedades
Las buenas prácticas de manejo sanitario implican
desde la selección de la ubicación para las colonias, la
elección de abejas reinas o de material biológico, hasta el
cuidado de la colmena, el medio ambiente que la rodea y el
aprovechamiento de sus productos.
Ecuador en el año 2015, instauró una guía de buenas
prácticas apícolas, las mismas que han sido incorporadas
en varios países. Estas prácticas son adaptables para
los Apiarios y van desde la instalación de las colmenas,
manejo, producción, cosecha, elaboración de productos y
subproductos (Paredes F., 2018).
Igualmente, menciona recomendaciones sobre
infraestructura, maquinaria, instalaciones, herramientas,
materiales, la bioseguridad de los trabajadores, las que son
aplicables para los pequeños, medianos y grandes apicultores
a nivel nacional (Paredes F., 2018).
(Agrocalidad, 2015, p. 31) en la Guía de Buenas Prácticas
Apícolas Resolución N° 0053, menciona en el Capítulo VII
como prácticas de manejo sanitario en Ecuador las siguientes:
el técnico apicultor siempre debe estar al pendiente del
comportamiento de las abejas al momento de la revisión,
además de jarse en la cantidad de abejas, número de celdas
llenas con miel y con crías, pudiendo diferenciar la presencia
de alguna enfermedad dentro de la colmena, por lo que el
apicultor deberá actuar con el tratamiento correcto si fuese
alguna enfermedad.
Los apicultores dentro del apiario deben tener un plan
de manejo sanitario, en el que se muestren actividades
de prevención de enfermedades, cuando se dude del
aparecimiento de alguna enfermedad se debe noticar a la
ANC para la realización de exámenes en el laboratorio, la
colmena identicada con alguna enfermedad será declarada
en cuarentena y con el tratamiento adecuado y se retirará del
mismo una vez realizado nuevos exámenes y se demuestre
un riesgo menor, cada apiario debe contar con un registro de
visitas del técnico de la ANC (Agrocalidad, 2015, p. 31).
(Marcangeli J., 2006), maniesta una práctica de manejo
sanitario a la detección temprana de las enfermedades,
ayudando a tener un rápido control y tratamiento,
evitando el desplazamiento de la enfermedad a otras
colmenas, (Caporgno et al., 2019), mencionan en la Guía de
recomendaciones para la apicultura realizada en Buenos
Aires como principal practica de manejo sanitario el tener
en cuenta que la utilización de medicamentos veterinarios
está permitida sólo a título curativo, no preventivo, mientras
que para (Díaz et al., 2016), en la guía de buenas prácticas
apícola del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca
de Uruguay indican que las colmenas deben mantenerse
en buenas condiciones ambientales, con el manejo lo más
respetuoso posible del ciclo natural de las abejas y con
sucientes reservas todo el año para minimizar el efecto de
las enfermedades, así como también el monitoreo continuo
sanitario de la cría y de las abejas adultas siendo necesario
para tomar las medidas correspondientes en forma precoz. La
revisión de la cría debe realizarse al inicio de la primavera y a
la entrada del invierno; no obstante, debe observarse la cría
todo el año en la búsqueda de síntomas sospechosos.
(Mariani V., 2016), maniesta como práctica de manejo
sanitario alejar las colmenas enfermas en el caso que
Arteaga-Santos, C., et al. / Reciena Num. 3, Año 2, Vol. 1 (2022): 29-36